miércoles, 20 de junio de 2012

ella

Estómago, perdón por tantas mariposas. No sé si estarás bien o mal; en realidad, a mi me gustan.
Es que ya sabes que entran ahí tan solo al verlo.
Amm, y tú, almohada, supongo que al estar tan cerca, también habrás tenido que escuchar todos 
mis pensamientos, todas las noches. Es todo por ella. Sí, sí, todo, aunque no lo creas.
No me olvidé de tí, corazón, a ti no es pedirte perdón, es pedirte por favor si puedes controlarte un poco cuando me bese, es que, ¡hasta los pies me dicen que lates muy deprisa cuando estoy con ella!
Y cerebro, también podrías intentar pensar menos en él. En rayarte y emparanoyarte por tonterias...
Es que llega el punto en el que, como si se tratara de un baso de agua, conforme vas metiendo cosas,
sube el nivel de agua y acabo rebosando de tanto ella para allá, ella para acá.
Sé que lo que te digo no tiene sentido, porque es imposible pararlo. Pero si tienen algún problema,
¡hablen con ella, que es la que me enamora!

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